The First Berserker: Khazan – Mucha piña, poca charla
Metete de lleno en la brutalidad sin filtro de The First Berserker: Khazan, una aventura RPG con acción a lo bestia, que pasa 800 años antes de lo que conocés del universo de Dungeon Fighter Online.
Recorré el continente de Arad, donde todo está por explotar, y descubrí la historia jamás contada del general Khazan.
¿Podés bancarte un combate con mecánicas zarpadas, enemigos que no perdonan y jefes gigantes que te quieren borrar del mapa? Bueno, este juego es para vos.
El primer Berserker – La venganza no se toma vacaciones
A Khazan lo cagaron feo. Lo acusaron de traidor, lo torturaron como para que no quede ni las ganas de volver… pero el tipo no solo sobrevivió: hizo un pacto con una especie de fantasma ninja (Blade Phantom) y volvió más picante que nunca.
Ahora va por todo, y vos lo vas a acompañar en su camino para cobrar cada cuenta pendiente.
Un general hecho a los bifes
Khazan no va con vueltas: puede pelear con espadas dobles, lanzas, espadones… lo que venga.
Juntá armas, mejoralas, combinalas con armaduras que parecen salidas de una banda de heavy metal y creá tu propio estilo de combate.
Hay habilidades para tirar al techo, así que podés especializarte como más te cope. ¿Sos nuevo? Tranqui. ¿Sos manija de los desafíos? También. Acá hay para todos.
Jefes de esos que te hacen putear (pero bien)
Cada jefe es una batalla digna de subir a TikTok: patrones raros, habilidades que te dejan tiritando y debilidades que hay que encontrar como si fuera un juego de detective.
Acá no ganás apretando botones como loco. Hay que pensar, esquivar, pegar en el momento justo y adaptarse al quilombo.
¿La buena? Si dominás las armas y las habilidades de Khazan, podés armar tácticas bien finas para cada combate.
Visuales AAA con onda anime hardcore
¿Te gusta el cel-shading con estilo de película animada? Bueno, esto te va a encantar. The First Berserker: Khazan se ve hermoso y brutal al mismo tiempo.
Un mundo vibrante, cargado de detalles, con una estética que mezcla lo animado con lo realista. Ideal para perderse horas... o días.
